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sábado, 7 de mayo de 2011

Entropía demasiado #5

Otra entropía para el saco. Esta se encontrará allí dentro con todos los niños malos que, por robar una Phoskito o un Tigretón, fueron capturados por el Hombre del Saco.

Otros Hombres con los que tener cuidado seas niño o no: 
  
  • El Hombre del Inem. No hagas el vago en torno a las oficinas homónimas, eso es peor que jugar con fuego.
  • El Hombre del espejo. Tranquilo, ese monstruo distorsionado eres tú tras una noche por todos los bares que se cruzen en tu camino.
  • El Hombre del descansillo. Sí, ese que siempre temes encontrarte en el portal de tu edificio cuando aún no se ha encendido la luz.
  • El Hombre de la lavadora. Su vida dura exactamente lo mismo que la del electrodoméstico. Nunca lo verás, solo sabrás de su existencia porque come calcetines. ¿Por qué crees que siempre faltan calcetines en tú colada?.
  • El Hombre de tú vida. Entiendo tus carcajadas, sobre todo si eres una hembra de 35 años en adelante, pero ¿qué quieres? este es un blog de humor.

5 comentarios:

  1. Resulta cuando menos sorprendente el efecto relajante de lo absurdo.
    Es como volver a casa y poder recrearte en tu propio caos sin tener que dar más explicaciones. Una especie de consuelo cuando parece que todo se puede desmoronar.

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  2. Usted lo ha dicho no yo. Después no quiero llevar la culpa de hacer apología del caos underground, los consuelos a destiempo y los desmoronamientos sin patria.

    ¡Vivan los comentarios absurdos!

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  3. Para empezar, curioso parecido el de la prota con una de las secundarias más mìticas del rancio cine español de los 60 y 70...buena elección de casting, si señor.

    Y esa postura, en plan "Simodo", jajajaj, tú ya me entiendes....

    Por otro lad, menudo dardo envenenado a las mujeres de 35 k lanzas en el quinto comentario previo a la ilustración!!, ahí, ahí, haciendo amigas!!

    Fdo; el anónimo original

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  4. El anónimo original conoce a un tal "Simodo" del que nadie a oído hablar jamás, sabe de mujeres de 35 años que pueden sentir molestias por cosas (lo nunca visto) y hace gala de ser un experto en Cine de Barrio.

    ¡Señor mío, despídase de la popularidad y abraze una religión minoritaria muy muy fuerte para no soltarla jamás!

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